MANDAMIENTOS DE IFÃ PARA BABÃLAWÃ
( FRAGMENTO )
Servirás a Ifá mientras la conciencia te acompañe.
Adorarás a Olófi, y adorarás a Óddu, la Madre Primordial.
Inclinarás tu cabeza, solo ante la presencia de Orísha, ante los Espíritus de Ifá, y ante los Mayores que te condujeron ante la Puerta de tu Sacerdocio, y respondieron con su honor por ti. Y para unos y otros pronunciarás bendición en cada día de tu vida.
Llevarás la palabra bendita de Órunmilá dondequiera que te lleven tus pasos, y a toda persona que escuche tu voz.
Mantendrás lealtad a tu compromiso, recordando que eres sacerdote de Ifá en todo momento, y en todo lugar.
Estudiarás siempre, y meditarás y escudriñarás en el contenido de la palabra sagrada de Ifá, hasta que aprendas a reconocerla en cada detalle de la vida.
No permitirás la traición.
No permitirás la profanación.
No te involucrarás en sediciones.
No permitirás que se abuse de una mujer.
No participarás en calumnias o difamaciones.
No permitirás el abuso del fuerte sobre el débil, y te aliarás al débil para corregir al fuerte.
No aprovecharás tu condición de sacerdote, ni tus poderes, ni la información que llegue a tu conocimiento, para recrearte con el cuerpo de quien te solicita ayuda, ni de terceras personas.
Guardarテ。s en secreto lo que se te confュテュe. Tus labios se cerrarテ。n para demostrar que Ifテ。 salva al mundo, porque Ifテ。 es la confianza del mundo.
Te unirás y compartirás tu vida con una mujer que te represente.
Tendrás una mujer bajo tu mismo techo, que sea sacerdotisa de Ifá.
Honrarás a tu padre y a tu madre naturales, y a tu padre y a tu madre en el Culto, en la vida y en la muerte. Les protegerás y les sostendrás cuando se haga necesario.
Serás hermano de tus hermanos y hermanas de Ifá, para que el mundo conozca por tus actos, el significado de la Hermandad de Ifá.
Enseñarás a quienes nazcan de tus consagraciones, de cualquier culto que profeses, el valor de la familia religiosa, en la vida y en la muerte.
Transmitirás a tus hijos los preceptos y enseñanzas, a los hijos de tus Mayores, y a cuantos reúnan las condiciones y se juramenten según la Doctrina de Ifá, pero a nadie más.
Protegerás tu cuerpo, y lo prepararás para servirte.
Bendecirás y protegerás a la Naturaleza que te rodea, y de la que te servirás.
Tu puerta, aún cerrada, permanecerá siempre abierta, porque serás un servidor siempre dispuesto, como los Apóstoles de Ifá en el Cielo eligieron servir a la Humanidad en la Tierra.
Recibirás a todos para ayudarles, y compartirás con los demás según tu entendimiento, mas no permitirás el honor de sentarse a tu propia mesa, con tu mujer y tus hijos, al hombre que maltrata a su mujer y a sus hijos.
No convertirテ。s en secreto lo que no debierュa serlo.
Preservarás el secreto de lo que debe ser protegido.
Instruirás a quien lo necesite y quiera aprender de ti.
No llevarás la adivinación de Ifá fuera de tu propia casa. Quien solicite la adivinación de Ifá, deberá ir a tu lugar.
Te convertirás en gran conocedor de tu propio camino de vida, según la lectura de tus Óddun, y te alinearás con este conocimiento para transitar hacia tu mejor destino.
Enseñarás a todos, y recordarás para ti mismo, que Itá es la lectura del camino de la vida, tan sagrada como la vida que refleja y como la persona que la vive, y no añadirás ni omitirás según tu propia conveniencia, a lo que sea voluntad de Ifá transmitir a cada persona.
Llevarテ。s la curaciテウn segテコn tu sabidurュテュa, a las mentes y a los cuerpos de las personas, y a cada tiempo y a cada lugar, sin considerar otra cosa que no sea la voluntad de Ifテ。.
No serテ。 tu propテウsito ser bueno, sino ser justo, y juzgarテ。s con justicia y con sabidurュテュa segテコn tu entendimiento, porque solo la justicia y la equidad proporcionan una guテュュa para equilibrar las evoluciones entre el bien y el mal.
Aplicarás acciones correctoras cuando se haga necesario, sin odios, sin rencores, sin alegrarte, sin complacerte y sin involucrarte, porque no eres parte de lo que sucede, y solo te debes a Ifá.
Recordarás que tu vida ya no te pertenece, porque eres los ojos de Ifá, eres los oídos de Ifá, eres la boca de Ifá, y la confianza de Ifá.
(...)