Historia del árbol de Navidad
Uno de los acontecimientos que se comparte en la preparación de la Navidad es el armado del
árbol navideño, que acompaña todo el ciclo festivo.
Las antiguas civilizaciones europeas y asiáticas adoraban a los árboles, símbolos de la fuerza
de la Madre Tierra.
Cuando llegaba el invierno y los árboles se quedaban sin hojas, los aldeanos
colgaban telas de colores y piedras pintadas de sus ramas, para que sus hojas y frutos volvieran
a brotar en Primavera, y así, asegurar la vida vegetal, la vida animal y la supervivencia.
En el siglo VIII, la Iglesia adoptó esta tradición, se tomó como árbol simbólico el pino y el
abeto, ya que la silueta triangular representa al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
También se agregaron las luces que representan el espíritu interior y el amor.
La estrella en la punta del pino representa a la estrella de Belén, también simboliza: unión
y paz hogareña.