Su nombre es una pregunta, "¿Quién como Dios?" Miguel es el custodio de la paz. Es el guardián de la casa del espíritu y los sueños; trabaja por la cooperación y la reconciliación. Es hora de que aprendamos a vivir en paz y armonía con otros, a derribar las barreras que han separado a naciones, partidos políticos, sectas religiosas, familias e individuos, debido a diferencias de opiniones, miedos y egoísmos. Todos somos ciudadanos de la Tierra, pese a nuestra diversidad. En el avance hacia ese plano de cooperación, Miguel es el ser que hay que invocar.