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Introducción
Cada vez se está poniendo más de moda el uso "místico" de los cristales. En los mercados especializados podemos encontrarnos pirámides, pulseras, collares, los cristales sueltos, etc... para trabajar de algún modo con ellos. Y cierto es que son una ayuda muy buena tanto en asuntos psicológicos como para asuntos físicos y espirituales.
En este espacio vamos a abordar diferentes ejercicios exclusivos para desarrollar el espíritu y como ayuda en momentos psicológicos difíciles.
Los cristales son formas de energía muy variadas. Cada cristal tiene sus propias cualidades únicas e irrepetibles que están en función de cómo se haya formado. En este sentido, incluso la misma piedra puede tener más o menos intensidad. No es lo mismo por ejemplo un cuarzo transparente totalmente pulido que un cuarzo transparente con grietas. Por ello es que hay que tener mucho cuidado con el uso de este tipo de energías, no sea que sin darnos cuenta en vez de vernos favorecidos, nos estemos viendo perjudicados.
Además es muy importante, y repetimos muy importante, tener presente que los cristales deben tener un mantenimiento regular para poder aprovecharnos realmente de la gama infinita de posibilidades positivas que nos ofrecen. Por ello debemos limpiarlos y recargarlos correctamente de forma asidua y frecuente; sobre todo si los vamos a usar con mucha frecuencia.
Para trabajar con los cristales necesitamos que las piedras o gemas estén lo mejor pulidas posible puesto que siguen la ley de la armonía por la cual el pulido armonioso de un cristal determinará la energía armoniosa que emita. Por lo tanto, cuanto más puro sea, más pura será su energía o vibración.
Sin duda alguna, el mantenimiento de los cristales es una de las partes fundamentales de su uso. Y es que un cristal puede emitir tanto energías positivas como negativas y dependiendo de quién ha estado en contacto con él puede darnos un resultado u otro. Además hay piedras que se cargan negativamente más rápido que otras. Es por ello que hay que tener mucho cuidado con los cristales que usamos ya sea en nuestra casa como los que llevamos puestos o utilizamos como ayuda.
Es imprescindible que tengas presente que si bien el mayor efecto energético de los cristales se produce cuando realizamos una exposición directa del cristal con nuestro cuerpo, también nos emiten energía si los llevamos en el bolsillo o los tenemos, aunque sólo sea de uso decorativo, en nuestra casa.
Por ello reiteramos una vez más que siempre debes realizar cada cierto tiempo el proceso que te relatamos a continuación.
Paso 1: limpieza y purificación
Ya sea un cristal que has comprado tú o te han regalado, ya sea un cristal que has estado utilizando, cada cierto tiempo debes limpiarlo de las energías que se puedan haber quedado impregnadas en él.
Este paso es especialmente importante cuando recibimos por primera vez un cristal, puesto que no sabemos exactamente con quién ha estado en contacto y de qué energías puede estar impregnado.