Tu que llevas el pan en tu mano,
manda mantenimineto
a tus devotos,
que no haya carencias
en mesa y casa,
que tu bondad llegue a
ese seguidor
que trabaja para bien,
que busca tu luz
para señalar el rumbo a las almas
extraviadas que no entienden
tu lenguaje de bondad.
Cierra tu mano derecha
para que el ojo
huracan de envidias,
desvìe su torbellino
de intenso e inagotable
rencor hacia donde
daño no cause.