RECLAMA LO TUYO - El Universo de los Hechizos

.. No hay verdadero deseo sin facultad, y no hay facultad sin oportunidad.
.. Cuando realmente quieres ser o hacer algo, cuando realmente lo deseas âes una señal de que Dios quiere que hagas justamente eso, y que Ãl te ha señalado su deseo dándote la facultad necesaria. Sin duda, el mismo deseo es, en realidad, la misma facultad que se te revela al anhelar ser expresada.
.. La gente experimenta toda índole de antojos pasajeros, pero un antojo pasajero no es un verdadero deseo. En el verano, el chico quiere ser un jugador de béisbol profesional, pero en el invierno va a ser un campeón de esquí; y durante las veinticuatro horas después del gran fuego a la vuelta de la esquina, va a ser bombero. Su hermana va al Metropolitan* y ve los ramos de flores que le dan a la prima donna y se le antoja ser cantante; pero un mes después, cuando una mujer científica recibe el Premio Nóbel, piensa que mejor será una gran química.
Ninguno de estos son deseos verdaderos. Son caprichos pasajeros. Un deseo verdadero permanece, y con el transcurrir del tiempo va creciendo en fuerza en vez de disminuir. Es constante y sin excitaciones.
.. Construye tu deseo verdadero pensando en él, estudiando la cuestión, buscando a personas y lugares relacio¬nados con él; y, por encima de todo, afirmando que Dios, que te dio el deseo, te dará también el logro.
. Dados el deseo y la facultad desarrollada, no hay necesidad de buscar la oportunidad. Esa puerta se abrirá automáticamente.
. âLa Sabiduría Divina ahora me despeja el camino.â

Yo creo que el deseo se "desea" con el corazón, mientras que el capricho se desea con la "cabeza"..

Y es tal cual como vos decís...

todo capricho es pasajero, el deseo perdurable..

¡Feliz encuentro, Magicman!

Creo que el deseo real de hacer o ser algo en esta vida nace del fondo de nuestro ser, de nuestra escencia. Nos podemos equivocar de camino, deslumbrar por espejismos pasajeros, 'beber de otros manantiales' pero tarde o temprano volvemos a encontrarnos con nosotros mismos y con quienes realmente queremos ser.

El encuentro con nosotros mismos, con nuestros verdaderos deseos y creencias comienza a transformarnos y crecemos espiritualmente

para realizar o concretizar lo que hemos venido a hacer en esta vida.

Las dificultades, las personas que nos bloquean el camino son momentos de prueba : o nos dejamos vencer o crecemos para convertirnos en quien queremos ser o para lograr lo que tanto anhelamos.

En momentos de desaliento, creemos que estamos vencidos pero todos tenemos la capacidad y la posibilidad de volver a ponernos de pie, de renacer de momentos de desespero igual que el ave Fenix