Mi santidad bendice al mundo.
Esta idea contiene los primeros destellos de tu verdadera funュciテウn en el mundo, o en otras palabras, la razテウn por la que estテ。s aquテュ. Tu propテウsito es ver el mundo a travテゥs de tu propia santiュdad. De este modo, tテコ y el mundo sois bendecidos juntos. Nadie pierde; a nadie se le despoja de nada; todo el mundo se beneficia a travテゥs de tu santa visiテウn. Tu santa visiテウn significa el fin del sacrificio porque les ofrece a todos su justo merecido. Y テゥl tiene derecho a todo, ya que テゥse es su sagrado derecho como Hijo de Dios.
No hay ninguna otra manera de poder eliminar la idea de sacriュficio del pensamiento del mundo. Cualquier otra manera de ver inevitablemente exige el que algo o alguien pague. Como resulュtado de ello, el que percibe sale perdiendo. Y no tiene ni idea de por quテゥ estテ。 perdiendo. Su plenitud, sin embargo, le es restauュrada a su conciencia a travテゥs de tu visiテウn. Tu santidad le bendice al no exigir nada de テゥl. Los que se consideran a sテュ mismos comュpletos no exigen nada.
Tu santidad es la salvación del mundo. Te permite enseñarle al mundo que es uno contigo, sin predicarle ni decirle nada, sino simplemente mediante tu sereno reconocimiento de que en tu santidad todas las cosas son bendecidas junto contigo.
Hoy debes dar comienzo a las cuatro sesiones de prテ。ctica mテ。s largas -las cuales han de tener una duraciテウn de tres a cinco minuュtos cada una- repitiendo la idea de hoy, a lo cual ha de seguir un minuto mテ。s o menos en el que debes mirar a tu alrededor a medida que aplicas la idea a cualquier cosa que veas:
Mi santidad bendice esta silla.
Mi santidad bendice esa ventana.
Mi santidad bendice este cuerpo.
Luego cierra los ojos y aplica la idea a cualquier persona que te venga a la mente, usando su nombre y diciendo:
Mi santidad te bendice, [nombre].
Puedes continuar la sesión de práctica con los ojos cerrados, o bien abrirlos de nuevo y aplicar la idea a tu mundo exterior si así lo deseas; puedes alternar entre aplicar la idea a cualquier cosa que veas a tu alrededor o a aquellas personas que aparezcan en tus pensamientos, o bien puedes usar cualquier combinación que prefieras de estas dos clases de aplicación. La sesión de práctica debe concluir con una repetición de la idea con los ojos cerrados, seguida inmediatamente por otra repetición con los ojos abiertos.
Los ejercicios mテ。s cortos consisten en repetir la idea tan a menudo como puedas. Resulta particularmente テコtil aplicarla en silencio a todas las personas con las que te encuentres, usando su nombre al hacerlo. Es esencial que uses la idea si alguien parece causar una reacciテウn adversa en ti. Ofrテゥcele la bendiciテウn de tu santidad de inmediato, para que asテュ puedas aprender a conserュvarla en tu conciencia.
EL AMOR ES EL CAMINO
C. JANUS