Las tres pruebas
Marcia Frerias recuerda la historia
de un hombre que se acercó a Sócrates:
“¡Como soy muy amigo suyo,
necesito contarle algo!”
“¡Espera!”, dijo Sócrates.
“¿Y las tres pruebas?
¿Ya hiciste la primera prueba,
que es la de saber que lo que me
vas a contar es verdad?â
“Bueno... no tengo una certeza absoluta,
pero oí decir...â
“Entonces hiciste la segunda prueba”,
dijo el sabio. “La prueba de la bondad.
¡Lo que vas a contarme será bueno para mí!”
“No... muy por el contrario...”
“Si no hiciste la prueba de la verdad
ni la de la bondad, ciertamente habrás
hecho la de la utilidad.
¡Lo que me vas a contar me será útil!”
“¿Útil?”, dijo el visitante. “Bueno, útil no es.”
“Entonces”, dijo el filósofo sonriendo,
“si el asunto no es verdadero, ni bueno,
ni útil, mejor no le des importancia.â