El dios cornudo
Las representaciones artテュsticas y las costumbres funerarias del paleolテュtico, prueban que el hombre del pasado conocテュa ya la importancia dominante del dios cornudo en los ritos mテ。giュcos- El poder supremo luciferino se representaba por un hombre con la cabeza coronada de cuernos.
Esta entidad se colocaba al lado de una dignidad femenina que recuerda el papel oculto de la Mujer: la ツォPapisaツサ. (La desュviaciテウn religiosa del cristianismo, su afirmaciテウn, se expresa hoy a travテゥs de la funciテウn del Papa que reina solo, separado de su complemento femenino mテ。gico.)
La existencia del dios portador de cuernos, el Cernnunos de los celtas, el que vuelve de los abismos, es aテコn testimoniado por las pinturas primitivas de la gruta de Las Tres Hermanas (Ariテゥge), donde se ve un hombre cubierto con una piel de aniュmal y una mテ。scara de ciervo, rodeado de animales salvajes.
Pero, cuando las religiones judeocristianas reemplazaron a los antiguos cultos, el pueblo campesino guardテウ una afecciテウn seュcreta por las divinidades primitivas. Por razones a menudo poュlテュticas, los nobles y los habitantes de las ciudades adoptaron la nueva fe y la propagaron. Poco a poco, los ritos del pasado se mezclaron con los cultos nuevos. (Se trata de los primeros siュglos del cristianismo, cuando se esculpテュan cruces sobre los menhires, asテュ como en las fiestas paganas, por ejemplo la del solsュticio de verano, ahora celebrada en el nombre de San Juan)
Los cuernos luciferinos (que la Iglesia se empeテアa en colocar bajo la etiqueta del satanismo, con todo el aparato de las legioュnes del mal) aparecen a menudo en la iconografテュa religiosa de numerosos paテュses, a pesar de la oposiciテウn y de la diversidad de religiones: el dios Pan, persiguiendo a las divinidades del dテュa en el fondo del bosque sagrado, posee cuernos. Es el dios verde de los bosques, el pequeテアo Lucifer que hechiza al paseante perュdido en algテコn claro, el que vigila a las jテウvenes en el baテアo: el poュder sexual de la Naturaleza que se renueva gracias al fuego del verano.
El Minotauro, esa divinidad fabulosa que habrá de vencer a Teseo, lleva también los cuernos de los primeros dioses, como Osiris, el señor verde de la magia egipcia.
Lucifer no ha desaparecido de nuestras actuales civilizacioュnes. Se le vuelve a encontrar en el vテゥrtice del portal de la igleュsia de Saint Merri, bajo el coro de Nテウtre-Dame, adornando una de las cuatro caras del tercer altar, en Reims, en Vendeuvre, en Saintes y en numerosas ciudades de Europa.
Esta divinidad es, a la vez, padre y madre, masculino y feュmenino; es la fuerza vital, el despertador de los vigores y el excitador de las funciones biolテウgicas, el padre de la Primavera.
La tradiciテウn cuenta que, en el solsticio de verano, el dios cornudo aparece en el bosque, presto a conferir la iniciaciテウn fテ。lica a las jテウvenes que encontrarテ。 y fascinarテ。. La iniciaciテウn a las fuerzas vitales de la naturaleza, la revelaciテウn de los misterios de la primavera, son las causas de la apariciテウn regular del homュbre verde que frecuenta siempre nuestras leyendas.
Bajo los dardos ingenuos de Peter Pan o de Robテュn de los Bosques, se esconde el gran dios Pan, el dios cornudo de la traュdiciテウn, Lucifer, el テ。ngel de fuego portando la esmeralda verde en la frente (el verde significa la iniciaciテウn, el despertar de las facultades psテュquicas, la mutaciテウn del espテュritu del cuerpo).
El mundo de los hombres verdes es tambiテゥn el mundo de los bosques y de los lagos, de las fuentes y de las rocas, un univerュso donde las entidades viven en estrecha correspondencia con la Naturaleza. Duendes, gnomos y otros seres elementales del reiュno natural, forman la corte del dios verde; son sus servidores, los sacerdotes de un universo miniatura donde la magia guarュda su poder aterrorizante.