La
Chlorella es una microalga esférica, unicelular de agua dulce y de color verde. Aunque no fue descubierta hasta el 1890 por el microbiólogo holandés M.W. Beijernick su origen se remonta a hace más de 600 millones de años lo que la convierte en una de las formas de vida más primitivas del planeta.
Son cada vez más los expertos que consideran la diminuta alga Chlorella un alimento fundamental por ser fuente natural de proteínas, vitaminas y minerales, por ser
el organismo conocido con la mayor concentración de clorofila y por contener el llamado factor de crecimiento de la Chlorella (CGF), fitonutriente que la hace única. Pero también por sus
innegables propiedades terapéuticas para estimular el crecimiento y regeneración celular, fortalecer el sistema inmune, proteger de los radicales libres, mejorar la digestión y lo que parece ser su mayor virtud, desintoxicar el organismo de metales pesados, tóxicos, etc.
Se sabe que la Chlorella contiene casi un 60% de proteínas de alta calidad biológica siendo su contenido proteico mucho mayor que el de la soja o la carne de vaca. Es más, contiene todos los aminoácidos, incluidos los llamados esenciales que son necesarios obtener a través de la dieta en proporciones equilibradas.
Ni que decir tiene, por tanto, que ingerir cantidades suficientes de proteínas es fundamental para mantener una buena salud y evitar por ejemplo la falta de energía, la fatiga, la perdida de elasticidad de la piel, las dolencias de los huesos, etc.
El alga Chlorella es el organismo vegetal con mayor concentración de clorofila, además, la clorofila es el único sistema natural existente que a través de la alimentación puede transmitir al ser humano la energía procedente del sol. Una vez en el organismo la clorofila activa las enzimas imprescindibles para una adecuada asimilación de los nutrientes y para su combustión proceso que permite convertirlos en energía. Además, se da la circunstancia de que las células de clorofila y las de los glóbulos rojos presentan una estructura muy similar (únicamente se diferencian por el átomo central, en hemoglobina es Fe y en la clorofila es Mg). Similitud que la convierte en un excelente tónico para la sangre en caso de anemias.
El alga Chlorella también contiene cantidades muy significativas de vitamina C, betacaroteno (provitamina A), vitamina B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B3 (niacina), B5 (ácido pantoténico), B6 (ácido fólico) y B12, vitaminas E, H (biotina) y K, colina, inositol y ácido paraaminobenzoico. En cuanto a sus minerales su composición incluye fósforo, potasio, magnesio, zinc, hierro, calcio, manganeso, cobre, yodo y cobalto (siendo su alto contenido en hierro y zinc de gran importancia nutricional para los vegetarianos).
De los ácidos grasos que contiene esta alga casi el 80% son de tipo insaturado y, por tanto, beneficiosos para la salud.
Además de proteínas, vitaminas, minerales, clorofila y ácido grasos hay que añadir un fitonutriente que sólo se encuentra en la Chlorella pyrenoidosa. Se trata del factor de crecimiento de la Chlorella CGF (Chlorella Growth factor), un complejo de ácidos nucleicos y aminoácidos que acelera el crecimiento de las propias células del alga y al que se considera un elemento imprescindible para que la planta se mantenga viva y sana.
De ahí que en humanos se haya comprobado que su consumo resulta efectivo para estimular el desarrollo en niños y atenuar los efectos del envejecimiento en adultos ralentizando su proceso. Ayuda a cicatrizar las heridas cutáneas y a regenerar las células de la piel.
AL USAR ANTIBIOTICOS TENDEMOS A GENERAR CADIDIASIS O HONGOS Y LA CHLORELLA ES SUMAMENTE EFECTIVA.
C. JANUS