Escribir en un papel blanco el nombre de la persona. Colocarlo en el centro de un plato hondo y blanco, y cubrir el papel con un poco de miel y otro de azúcar blanco.
Añadir a este preparado un pellizco de canela molida y cubrir todo esto con grandes cantidades de hielo, procurando que el papel quede enterrado en el hielo.
Encima de todo echar azúcar mezclada con comino. Repetir el proceso a los dos días, y después cada cinco, hasta que la persona esté calmada