Para dominar el arte de la Polaridad hay que practicar. Les recomiendo que todos los días, al levantarse por las mañanas, se chequeen y digan: “EN QUÉ PIE ESTOY PARADO, EN EL NEGATIVO O EN EL POSITIVO?”. Si te encuentras que estás parado en el negativo, por ejemplo pensando que no te sientes bien, o pensando que no te va a alcanzar el tiempo para todo lo que tienes que hacer, o que la situación está pesada, etc. ¡polarízate en el acto! ¡Sí! ¡Polarízate! ¡No permanezcas ni un instante más parado en esa postura, pásate para la otra punta y di: “¡QUÉ BIEN ME SIENTO!” Haz dos o tres flexiones de torso, de rodillas, de codos, estira los brazos, desperézate, bosteza a todo lo que la boca te dé y di:
“¡QUÉ SABROSO ES ESTAR VIVO! ¡HOY, ME ESPERA UN DÍA BÁRBARO! ¡ES UNA NUEVA AVENTURA QUE VOY A CORRER!”. Mira hacia arriba, habla con Tu Dios y dile: “¡QUE SEA PARA TU GLORIA PADRE, PARA MI BIEN, Y DE TODO EL MUNDO! GRACIAS POR ESTE DIA QUE ME DAS. LO VOY A ADMINISTRAR BIEN”.
¿VES? Ya estás polarizado, pensando en positivo. ¡Qué fácil, verdad! Bueno, pues hazlo todos los días. Hazlo en cada situación negativa que confrontes. Que llegas a un lugar donde hay varias personas reunidas y están materialmente “despellejando” a un fulano que está ausente. Polariza, polariza. Mentalmente no aceptes. Di, ESE FULANO TIENE LA PRESENCIA DE DIOS DENTRO DE ÉL; NO ACEPTO LO QUE ESTÁN DICIENDO y en seguida trata de cambiar la conversación, preguntando por ejemplo: ¿Saben si tal día cierran los bancos, porque es medio fiesta? o ¿Qué les parece si hacemos un proyecto para divertirnos así y así o de esta otra manera? Sácalos del círculo negativo de crítica en que estaban y polarízalos hacia algo bueno, desvía su atención hacia el bien. Y luego, cuando veas que puedes, haz algún comentario favorable para el pobre a quien estaban “despellejando” o simplemente no hagas nada. Ya lo sacaste de los dientes de la jauría y a la jauría la amansaste. Hiciste una polarización estupenda.