La mente cuenta con numerosos recursos (energía, confianza, contento, tranquilidad, volición y demás) que es preciso actualizar, intensificar y emplear para erradicar tendencias neuróticas. El ser humano, si se lo propone, puede caminar con paso firme hacia el equilibrio integral y convertir su desorden interno en armonía.
Si hubiera paz en la mente, las actitudes fueran las correctas y la energía se utilizara noblemente, la sociedad podría experimentar cambios tan saludables como profundos.
Pero cada uno debe asumir la responsabilidad de recuperar este equilibrio de la mente y purificar
las intenciones. Buda declaraba: «¡Abandona lo que es perjudicial! Se puede abandonar lo perjudicial. Si no
fuera posible no les pediría que lo hiciesen». E insistía en la necesidad de cultivar lo provechoso. Decía:«Si el cultivo de lo provechoso acarreara daño y sufrimiento, no pediría que lo cultivaran. Pero como trae beneficios y felicidad, les digo: ¡Cultiva lo que es provechoso!.
Tomado de El Libro de la Serenidad de Ramiro Calle