FRAY MARTÍN DE PORRES
Cuentan que nacieron el mismo día en el convento de fray Martín
un perro y un gato, a los que las madres parecían no poder alimentar
por pasar ellas mismas hambre. Viéndolo el monje, decidió ponerles
diariamente un plato de leche a los cachorros, y mientras comían,
fray Martín les dijo: "coman y callen y no riñan". Según parece,
los animalitos le obedecieron, hasta que un día apareció por allí
un ratón que intentó comer del mismo plato con el consiguiente revuelo.
Se dió cuenta fray Martín, y le dijo al ratoncillo: "Hermano, no
inquiete a los chiquillos, y si quiere comer, meta gorra y coma, y
después vàyase con Dios". Y así lo hizo sin inquietarse más ni el ratón,
ni el gato ni el perrillo, comiendo todos tranquilos.
De ahí el refrán limeño del título.
HIMNO A SAN MARTÍN DE PORRES
Gloria inmortal a tu bendito nombre
sol de amor de los pobres, San Martín
astro divino del Perú de América,
de la Iglesia invencible paladín!
Son tus hermanos de ideal y patria
los que hoy llegan fervientes a tu altar;
danos la luz que iluminó tu mente,
danos la fe que te enseñó a triunfar.
ESTROFA
¡Radiante flor del suelo americano
que diste olor de augusta santidad;
gala y blasón del pueblo peruano;
que en ti encendió la antorcha de piedad!
Protégenos, tu caridad sagrada
todo el Perú ardiente en su emoción;
si viene a él tu excelsa llamarada
de un pueblo hará tan sólo un corazón
El enfermero milagroso.
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(Texto de la red)