REVOLUCIÓN DEL ALMA
Nadie es dueño de tu felicidad. Por eso, no entregues tu alegría,
tu paz y tu vida en las manos de nadie.
Somos libres. No pertenecemos a nadie. Y no podemos ser dueños de
los deseos, de la voluntad o de los sueños de quien quiera que sea.
La razón de tu vida eres tú mismo. Tu paz interior es tu meta en la vida.
Cuando sientas un vacío en el alma, cuando acredites que aún te está
faltando algo, aún teniéndolo todo, guarda tus pensamientos para
tus deseos más íntimos y busca la divinidad que existe en ti.
Deja de situar tu felicidad cada día más distante de ti. No coloques el
objetivo demasiado lejos de tus manos, abraza a los que están
a tu alcance hoy.
Si andas preocupado por problemas financieros, amorosos o de relaciones
familiares, busca en tu interior la respuesta para calmarte.
Tú eres el reflejo de lo que piensas diariamente.
Deja de pensar mal de ti mismo y sé tu mejor amigo siempre.
Sonreír significa aprobar, aceptar, facilitar. Entonces, habrá una sonrisa
para aprobar el mundo que quiere ofrecerte lo mejor. Con una sonrisa en
el rostro las personas tendrán las mejores impresiones de ti. Y tú estarás
afirmando para ti mismo que estás próximo para ser feliz.
Trabaja, trabaja mucho a tu favor. Deja de esperar la felicidad sin
esfuerzos. Deja de exigir de las personas aquello que ni para ti has
conquistado aún. Criticar menos, trabajar más.
Y, no te olvides nunca de agradecer. Agradece todo lo que está en tu vida
en cada momento, inclusive el dolor.
Nuestra comprensión del universo aún es muy pequeña para juzgar lo
que quiere que sea en nuestra vida.
La grandeza no consiste en recibir honores, más en merecerlos.
(Atribuido a Aristóteles)