SERENIDAD
Dame serenidad Señor, para aceptar las cosas que yo no
puedo cambiar", serenidad para aceptar, pero también dame valor,
valentia, empuje y entusiasmo para poder cambiar las que puedo
cambiar, y dame la sabiduría que hace falta para discernir
entre lo que lo que puedo y no puedo.
Sabiduria que me de la posibilidad de saber que debo afrontar
y que debo resistir.
La gracias de discernimiento y de sabiduría, sostenida en la serenidad,
es la que nos permite, en la oscuridad, estar alegres y contentos.
La noche se puede pasar feliz cuando se la comparte en un espíritu
en paz y de alegría, es noche y no es de día pero se lo puede vivir
como Dios quiere que vivamos, Consolación es permanente,
sin apuros y los aprietos en los que nos ponen las tribulaciones
cuando nos hacen dar pasos más allá de los que de
verdad podemos dar.
Por eso pedimos sabiduría en medio de la serenidad.
Este valor que se va perdiendo en el camino de todos los días,
cuando golpean la puerta los "dale, apúrate, no ves que no llegas",
es tiempo de meterle otro cambio al camino, salí de esa situación
de somnolencia, que nos quiere robar lo que hemos conquistado,
en esos días donde hemos recuperado la fuerza y la serenidad para
iniciar una nueva jornada y una nueva semana