Pàgina principal  |  Contacte  

Correu electrònic:

Contrasenya:

Inscriviu-vos ara!

Heu oblidat la vostra contrasenya?

EL RINCÓN DE VALDESOLES
 
Novetats
  Afegeix-te ara
  Plafó de missatges 
  Galeria d’imatges 
 Arxius i documents 
 Enquestes i Tests 
  Llistat de Participants
 ►PORTADA Y SALUDO 
 .·:*¨*:¨.·:*¨*:๑۩๑..·:*¨*:¨.·:*¨*: ►BIENVENIDA 
 ►LAS NORMAS 
 ►ME PRESENTO 
 ►CUMPLEAÑOS 
 *>FONDOS VAINICA 
 *>MAS SEPARADORES 
 ►RINCÓN ESPIRITUAL 
 ►LLENA DE GRACIA 
 ►POEMAS Y REFLEXIONES 
 ►♪CANCIONERO♪ 
 ►PANEL DE LOS PPS 
 ►PEDIR FIRMAS 
 ►IMÁGENES Y GIFS 
 GIFS NAVIDEÑOS 
 ►SEPARADOR NAVIDAD 
 ►FONDOS NAVIDEÑOS 
 ►NUESTRA TIERRA 
 LAS ARTES 
 
 
  Eines
 
Reflexiones y Poemas: LA BOLSA DE AGUA CALIENTE
Triar un altre plafó de missatges
Tema anterior  Tema següent
Resposta  Missatge 1 de 1 del tema 
De: VAINICA  (Missatge original) Enviat: 29/07/2011 15:38
 
 
   
 
 
                 A7.gif picture by silvygilbert                      
LA BOLSA DE AGUA CALIENTE
Una noche, yo había trabajado duro para ayudar a una madre en
 su trabajo de parto; pero a pesar de todo lo que pudimos hacer,
 ella murió dejándonos con un bebé prematuro diminuto y una
hija de dos años que lloraba. Habríamos tenido dificultad en
 mantener con vida al bebé, ya que no teníamos incubadora
 (ni siquiera teníamos electricidad para hacer funcionar
 una incubadora).

Tampoco teníamos facilidades para darle alimentación especial.
A pesar de vivir en el ecuador geográfico, las noches a menudo
 eran frías con corrientes de aire traicioneras. Una comadrona
 estudiante fue a traer la caja que teníamos para esos
 bebés y la frazada de algodón en la que debería
 envolverse al bebé.

Otra fue a avivar el fuego y a llenar una bolsa con agua caliente.
 Regresó rápido apenada a decirme que al llenar la bolsa, esta
se había reventado (el plástico fácilmente se echa a perder
 en los climas tropicales). Exclamó, '¡Y es nuestra última
bolsa para agua caliente!'

Igual que en occidente, no es bueno llorar sobre la leche
derramada así también es en el África Central no es bueno
 llorar sobre una bolsa para agua caliente estallada. Estas no
se dan en los árboles, y no hay farmacias en los extravíos
de la selva.

'Está bien,' le dije, 'ponga al bebé tan cerca del fuego con
 todo el cuidado que pueda, y duerma entre el bebé y la
puerta para librarlo de los vientos. Su trabajo es mantener
 al bebé con calor.' La tarde siguiente, tal como lo hacía la
 mayoría de días, fui a orar con algunos de los niños del
orfanato que elegían reunirse conmigo.
 Yo les di a los más jóvenes varias sugerencias
 de cosas por las cuales orar y les conté del diminuto bebé.
 Les expliqué nuestro problema de mantener al bebé lo
 suficientemente cálido, mencionando lo de la bolsa para
 agua caliente, y que el bebé podría morir demasiado fácil si
 se enfriaba. También les conté de la hermanita de dos
años, llorando porque su mamá había muerto.

Durante el tiempo de oración, una niña de diez años, Ruth, oró
 con la forma usual concisa y sin remilgos de nuestros niños
 africanos. 'Por favor, Dios' oró ella, 'envíanos una bolsa para
 agua caliente. No nos servirá mañana, Dios, porque el
bebé ya estará muerto, así que por favor envíanosla
 esta tarde.'

En lo que me tragaba una bocanada de aire frente a la
audacia de la oradora, ella agregó, '¿Y a la vez, podrías por
 favor enviarnos una muñeca para la pequeña hermana para
que sepa que realmente la amas?'

Como pasa con la oración de los niños, fui puesta en un apuro.
Podía decir yo honestamente, 'Amén'. Simplemente no creí
que Dios pudiera hacer esto.

Oh, si, yo sé que Dios todo lo puede, la Biblia dice así.
 Pero hay límites, ¿o no? La única forma en que Dios podía
 responder a esta oradora muy particular sería enviándome
un paquete desde mi país.
Yo había estado en África por casi cuatro años para ese
entonces, y nunca, nunca había recibido un paquete enviado
 desde mi país. De todos modos, si alguien me envió un paquete,
 ¿quién pondría una bolsa para agua caliente? ¡Yo estaba
 viviendo en el ecuador geográfico!

A media tarde, cuando estaba dando clases a las enfermeras,
recibí el mensaje de que un carro estaba estacionado
en la puerta de enfrente de mi residencia.

Cuando llegué a mi casa, el carro ya se había ido, pero allí,
sobre la baranda, había un paquete grande de veintidós
 libras. Sentí lágrimas mojando mis ojos. No podía abrir
el paquete yo sola, así que mandé a llamar a los
niños del orfanato.

Juntos tiramos de las cintas, deshaciendo cuidadosamente
 cada nudo. Doblamos el papel, cuidando de no romperlo
 demasiado. La excitación iba en aumento. Algunos treinta
o cuarenta pares de ojos estaban enfocados en la
 gran caja de cartón.

De hasta arriba, saqué unos jersey de punto de colores
 brillantes. Los ojos relumbraban conforme los levantaba.
 Después había las vendas de punto para los pacientes
 leprosos, y los niños mostraron un leve aburrimiento.

Luego venía una caja de pasas mixtas con pasas de Esmirna
 -estas harían una porción para el pan del fin de semana.
A continuación, cuando volví a meter la mano,
 pensé ¿estoy sintiendo lo que en realidad es? Agarré y
saqué si, una bolsa para agua caliente, nueva. Lloré.
 No le había pedido a Dios que me la enviara; porque
 realmente no creí que Él pudiera hacerlo.

Ruth estaba al frente de la fila que formaban los niños.
 Ella se abalanzó, afirmando, '¡Si Dios nos envió la bolsa,
 debió mandarnos también la muñeca!' Hurgando hasta
 el fondo de la caja, ella sacó la muñeca pequeña y
 bellamente vestida. ¡Sus ojos brillaron! ¡Ella nunca dudó!

Viendo hacia mi, preguntó: '¿Puedo ir con usted y darle
 esta muñeca a la niña, para que ella sepa que
 Jesús la ama en realidad?'

El paquete había estado en camino por cinco meses completos.
 Empacado por mis antiguos alumnos de la escuela dominical,
cuyo líder había escuchado y obedecido a Dios urgiéndole
 a enviar una bolsa para agua caliente, a pesar de que
 iba para el ecuador geográfico. Y una de las niñas había
 puesto una muñeca para una niña africana -cinco meses
antes, en respuesta a la oradora de diez años que creyó
 y pidió que lo trajera 'esa tarde.'

'Antes de que pidan, yo responderé' (Isaías 65:24).

'No le pidas al Señor que guíe tus pasos si no tienes
intención de mover tus pies.'

¡NO CABE DUDA: LA FÉ MUEVE MONTAÑAS ! 
 
********
(Desconozco el autor)
 

 

 

 

 

 

*Fondo por Vainica * 

 






Primer  Anterior  Sense resposta  Següent   Darrer  

 
©2024 - Gabitos - Tots els drets reservats