Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

EL RINCÓN DE VALDESOLES
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 ►PORTADA Y SALUDO 
 .·:*¨*:¨.·:*¨*:๑۩๑..·:*¨*:¨.·:*¨*: ►BIENVENIDA 
 ►LAS NORMAS 
 ►ME PRESENTO 
 ►CUMPLEAÑOS 
 *>FONDOS VAINICA 
 *>MAS SEPARADORES 
 ►RINCÓN ESPIRITUAL 
 ►LLENA DE GRACIA 
 ►POEMAS Y REFLEXIONES 
 ►♪CANCIONERO♪ 
 ►PANEL DE LOS PPS 
 ►PEDIR FIRMAS 
 ►IMÁGENES Y GIFS 
 GIFS NAVIDEÑOS 
 ►SEPARADOR NAVIDAD 
 ►FONDOS NAVIDEÑOS 
 ►NUESTRA TIERRA 
 LAS ARTES 
 
 
  Herramientas
 
General: MI JARDÍN
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: VAINICA  (Mensaje original) Enviado: 04/12/2011 23:08
                   

 

  
 
             
 
                  

                  

 

 

MI JARDIN

El Jardinero preparó el terreno por un largo tiempo, hasta

que al fin, decidió plantar sus árboles preferidos.
Cuidados intensos les dio: el sol abrasador, las heladas,
 períodos de sequía, las plagas, los vientos intensos, tuvo
que sortear.
Día a día, los veía crecer: sus nuevos brotes, las ramas
 fuertes, hojas abundantes, raíces firmes, sanas y
 profundas.
Los pájaros, las abejas, las mariposas, venían a saludarlos
a diario con bailoteos de alegría, colores y sonidos,
festejaban cada nuevo amanecer.
Orgulloso estaba el Jardinero con lo que había logrado.
Fue duro, mucho tiempo dedicado a protegerlos, pero los
 frutos que cada año cosechaba hacía apreciar, todos
 sus esfuerzos y sacrificios.
Cuanto placer disfrutar de esas tardes, bajo la sombra
 reparadora de ese bosquecito...
Que hermosas primaveras vivió, acariciando las hojas
 reverdecidas que nacían, las fragancias de sus flores, y
 el suave sonido de sus ramas, al vibrar por la tenue brisa.
Sentía que sus arbolitos del jardín, se sentían felices y a
 gusto con el trato recibido.
Una noche cerrada, las  nubes bajas y negras cubrieron
el firmamento del jardín.
Nada se veía, pero en el aire viciado se podía respirar
que algo terrible iba a suceder.
Personajes siniestros aparecieron en el lugar: leñadores,
el propietario del campo y autoridades vecinales, con
 herramientas nunca vistas y grandes camiones, comenzaron
a extraer de raíz una importante cantidad de árboles...
 algo así como 200.
Se los llevaron y fueron vendidos, obteniendo un beneficio,
 nunca equiparable al daño ocasionado.
En pleno ataque al jardín, destruyeron o dañaron a
 muchos más.
Infinidad de ramas, hojas y flores quedaron esparcidos
 por todo el predio.
La masacre forestal duró apenas unos minutos.
El Jardinero se encontraba descansando,  pero una
 fuerza interior inexplicable lo hizo levantar.
Salió apresurado hacia el jardín, “su jardín”, porque 
 ya era parte de su vida.
 
El asombro, la impotencia, el desconsuelo, la desesperación
 invadieron su cuerpo.
Le costaba creer lo que estaba viendo.
El hecho estaba consumado. Nada podía hacer.
Tanto esfuerzo, tanta dedicación, tanto amor depositado
en ese, “su jardín”.
Porque, porque, porque?, se preguntaba insistentemente.
La mayoría de los árboles arrancados eran muy jóvenes,
  estaban comenzando a ser fuertes.
Un grito desgarrador se escuchó en toda la comarca
 y comenzó a llorar.
Su llanto era incontenible.
Un llanto continuo caía de sus ojos y la soledad le
llegó de repente.
El silencio era sepulcral.
Sus piernas se aflojaron y cayendo de rodillas, se apoyó
 en uno de esos árboles lastimados, y lo abrazó con todas
sus fuerzas.
Las primeras luces del amanecer enfocaban el lugar.
Impresionantes cráteres se habían formado.
Pozos irrellenables. Olores nauseabundos, cuervos
revoloteando, nada tenía color, todo era gris.
El jardinero quedó a la espera de una respuesta a su porque. 
Algunos vecinos se solidarizaron con él.
Otros lo criticaron:
“lo que pasó es que no los supo cuidar,  por eso
 el resultado”.
Con mucha paciencia, fortaleza y tenacidad, fue rellenando
 día a día esos pozos.
Pero su esfuerzo era en vano: no los podía tapar.
Sin embargo, fue observando que a su alrededor, 
 comenzaban a salir infinidad de flores multicolores,
 nunca vistas, que se multiplicaban solas.
Las lágrimas derramadas actuaban como fertilizantes.
Nunca volvió a ser como antes.
Los árboles que quedaron, dejaron de dar frutos por
 un largo período de tiempo.
La devastación provocó grandes cambios en el lugar.
El Jardinero, envejecido, con las fuerzas que le quedaban,
comprobó un día que esas flores, tenían profundas raíces.
Nunca nadie pudo cortar ni una sola de ellas.
Sus raíces se vincularon a las raíces de los árboles
 arrancados.
Los arbolitos no están, pero la belleza de esas flores
 provocaba la admiración de todos aquellos que las venían a ver.
Esas flores únicas, eran flores de: JAMEA
JUSTICIA, AMOR, MEMORIA, ESPERANZA Y AMISTAD.
El Jardinero murió, pero las flores permanecieron
 eternamente en ese “SU JARDÍN”
Cualquier semejanza con la realidad, es una coincidente verdad.
Como dijo Joan Manuel Serrat:
NUNCA ES TRISTE LA VERDAD, LO QUE NO
TIENE ES REMEDIO.

 

 

Que las letras que forman el nombre de esa flor sea

 lo que predomine en nuestras vidas, es lo que le hace
falta al mundo de hoy, muchos no tienen esperanza y
si nosotros se la podemos brindar no demoremos en
 hacerlo, que manifestemos el amor en todo lo que
 hacemos, pensamos
y decimos, seamos amigables porque hoy en dia hay
muchos que viven solos.
 
*******

(Texto de la red) 

 

 

 

 

 
*Fondo por Vainica*

 



Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2025 - Gabitos - Todos los derechos reservados