esperanza de que todo eso tarde o temprano va a pasar,
nada es para siempre, la noche no es eterna, la luz
siempre vence la oscuridad; con Dios, aunque el dolor
sigue siendo muy difícil de afrontar, Su amor nos llena de
fuerzas, nos hace invencibles y nada ni nadie nos puede
derrotar; sin Dios todo pierde sentido, nos sentiremos
vencidos y sin fuerzas ni ganas de luchar… por eso no
podemos perder la fe ni soltarnos de la mano de Aquel
que con y por amor nos quiso salvar.
Lo que no nos mata, nos hace más fuertes… no nos dejemos
vencer, hemos sido creados para ser felices y hacer
nuestros sueños realidad; simplemente hay que luchar,
levantarnos cada vez que caigamos, reparar el corazón,
sanar el alma, no negarnos nunca la oportunidad de amar…
Cuando las cosas no nos salen como queremos, ahí en esos
momentos en que la vida sorpresas nos da, cuando todo
parece incierto, ante la pérdida, la incertidumbre y la
oscuridad; aún en la fragilidad, en esos instantes de miedo,
debemos darnos otra oportunidad; ahí, mientras
intentamos aprender a empezar de nuevo, las veces que
sea necesario intentarlo y volver a comenzar, tengamos siempre
presente que el dolor asumido con paz no deforma sino que
nos renueva, nos hace crecer y nos ayuda a nuestra
vida transformar.