EL ESPÍRITU NAVIDEÑO
Debemos estar seguros que la Navidad mueva no sólo muchas economías del planeta sino que de un modo especial y misterioso mueva los corazones que, en estas fechas, están más propensos a enlazarse y conectarse con las necesidades, angustias y problemas de otros, cercanos o lejanos…
Dejémonos invadir, sin ningún temor, por esa corriente impetuosa de amor, alegría, unión y perdón que nos trae el recuerdo de un Dios Niño, para generar actitudes nuevas y cambios importantes en nuestras vidas y en los demás.
Desprendámonos de los pesos muertos que pueden detenernos: el rencor, la envidia, la comodidad, el egoísmo…
Avancemos al nuevo año con el espíritu renovado, con el afán de lucha y la esperanza a flor de piel para emprender planes personales y sociales de justicia y caridad.
Seamos un aporte certero en la restauración del sueño de felicidad para la cual fuimos creados por nuestro Padre Dios.
********
(Lo comparto de mi correo)