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Reflexiones y Poemas: PARALELISMO
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: VAINICA  (Mensaje original) Enviado: 29/09/2013 13:37
 
 
 
 
 
 
 


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PARALELISMO

Con frecuencia se ha hecho el paralelismo entre el otoño metereológico y el “otoño de la vida”, es decir, la vejez.
Pero no todo son coincidencias.
 Existen muchos aspectos que no coinciden. Veamos.
 

El otoño, llega tras el paso del tiempo a través del invierno, la primavera y el verano. Podríamos decir que es el final del ciclo. Se han terminando o se están terminando los frutos maduros de la primavera y el verano. Los días se van acortando sensiblemente.

 Los árboles tiran sus hojas, que caen al suelo, secas, y pisoteadas.
 Dicen que es una imagen de la muerte. El campo, el bosque, van perdiendo sus colores nítidos; el paisaje se va pareciendo más a esos cuadros multicolores, mezclados por la paleta del pintor.
El frío empieza a insinuarse, el cuerpo pide abrigo. ¡Qué pronto anochece! ¡Qué tarde amanece! Es el otoño que prepara el invierno y  paraliza la sabia de las plantas, de los árboles.
 Es, de alguna forma, la imagen de una muerte anunciada, el invierno.

No cabe duda de que hay ciertas coincidencias con la vejez, que la sabiduría popular ha dado en llamar “el otoño de la vida”. Es también el final de un ciclo largo: infancia, juventud, madurez, vejez.

 Muchas hojas vitales se van cayendo: fuerza, energía, ilusiones, salud…
Va quedando menos para ese invierno donde mueren tantas cosas: la actividad profesional,
los cargos, el protagonismo social o familiar…

Pero, a pesar de todo, y por el contrario del otoño, es la etapa de la experiencia, de la serenidad, de los juicios ponderados, de la verdadera madurez.

 No es la muerte, aunque su cercanía hace relativizar las cosas y los acontecimientos. Desaparece la fogosidad de otros tiempos, para poner las cosas en su sitio, con la perspectiva de lo mucho vivido.

La vejez hay que asumirla, no como algo irremediable, sino como el colofón de la tarea cumplida. Hay que aceptarla, porque también es creativa: de recuerdos, de sueños, de esperanzas de infinito…

Sólo la vejez es el ·”otoño de la vida”, si se asume de mala gana, como un castigo, como una desgracia, sin descubrir sus nuevas posibilidades de realización.

 Como cuando se pone la guinda en el pastel; ha acabado la tarea.

Muchas veces, casi siempre, la vejez acumula muchas limitaciones: enfermedad, dolencias, cierta soledad no culpable. En las ramas del tronco vetusto siguen anidando nuevas ilusiones, nuevas formas de exprimir la vida, sin que se caiga en la tentación de pensar y decir los versos de Jorge Manrique:

“Recuerde el alma dormida, /  avive el seso y despierte contemplando/

cómo se pasa la vida, / cómo se viene la muerte, tan callando,

cuán presto se va el placer, / cómo, después de acordado, da dolor;

cómo, a nuestro parecer, cualquiera tiempo pasado fue mejor.”

 ************************
(Texto de la red)
 

  

 

 
 
 
 
*Fondo por Vainica*
 
 


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