Sin trampas
Un guerrero de la luz jamás hace trampas,
pero sabe distraer a su adversario.
Por más ansioso que esté,
juega con los recursos de la estrategia
para alcanzar su objetivo.
Cuando percibe que está llegando al fin de sus fuerzas,
hace que el enemigo piense que no tiene prisa.
Cuando tiene que atacar el lado derecho,
mueve sus tropas hacia el lado izquierdo.
Si pretende iniciar la lucha inmediatamente,
finge que tiene sueño y que se prepara para dormir.
Los amigos comentan:
"hay que ver como ha perdido su entusiasmo".
Pero él prescinde de sus comentarios,
porque los amigos no conocen sus tácticas de combate.
Un guerrero de la luz sabe lo que quiere.
Y no necesita dar explicaciones.
Paulo Coelho