El tiempo,
puede dañar o puede alejar,
puede cicatrizar heridas y curar,
puede salvar distancias y aunar,
puede en su sino, las cosas cambiar.
El tiempo,
es instante, erróneo o fugaz,
la delicadeza o la inquietud vital,
el desasosiego por llegar a la paz,
la tibieza del momento y el lugar.
El tiempo,
nada más en un segundo su caminar,
nada más el instante su cambiar,
nada más rápido que el susurrar,
o tanto más lento que el esperar.
El tiempo,
¡extraño, querido y temido!,
¿para qué contigo en ti pensar?
¿para qué vagar en un principio,
si todo tiene por siempre final?.
El tiempo,
tan imprevisto, tan querido,
tiempo para pensar y meditar,
tiempo para sufrir y remediar,
tiempo para ... ¡no mirar atrás!,
tiempo para... ¡vivir y comenzar!.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester