No acostumbro hacer esta clase de cosas, lo llamaré así, para mi mismo, es la primera vez y talvez sea la última, perdonen que les quite su tiempo en este momento, por favor ténganme paciencia como siempre me la han tenido al leer o escuchar mis pensamientos o canciones, se que no han sido de lo mejor pero si, lo he hecho con la mejor buena voluntad y quiero sepan que aunque no les conozca, siempre les he apreciado y respetado y lo seguiré haciendo por toda una eternidad.
Cumplir años siempre es agradable, he contado los míos y he comprendido que tengo menos tiempo para vivir de hoy en adelante … de lo que he vivido hasta ahora.
Me siento como aquel niño que le regalaron una caja de chocolates, los primeros los comió con voracidad pero cuando se dio cuenta que le quedaban pocos, comenzó a consumirlos lentamente, muy lentamente…y a disfrutarlos más.
Mi mejor escuela es lo que he vivido y mi mejor universidad la calle pues es aquí donde realmente aprendemos a conducirnos y enfrentar al mundo desde que tuvimos uso de razón, por ello mismo reitero, en la calle en cualquier esquina de cualquier lugar nos podríamos encontrar con un alma buena y bondadosa como también con una fiera maligna siempre al acecho de lo que se le presente, de estos últimos no tenemos que fiarnos jamás pues esa gente puede cambiar nuestro destino y eso, lo aprendí de la calle.
No quiero ni tengo tiempo de lidiar con mediocridades, no quiero asistir a reuniones dizque festivas donde desfilan egos inflados. Desprecio a los oportunistas y a las personas embusteras, no tolero a los envidiosos que tratan de desacreditar a los más capaces para apropiarse de su ingenio, talento y logros.
No quiero ni tengo tiempo para proyectos a largo plazo, no quiero escuchar discursos delirantes y extravagantes con tendencia a la locura por tratar de ser el mejor y por ello no participaré en diálogos con reglas engañosas donde cada quien busca su propia conveniencia aduciendo que lo hace para solucionar los problemas de otros, aborrezco la falsedad de políticos y religiosos.
No quiero ni tengo tiempo también para discusiones burdas, aburridas, sosas e interminables donde se marcan estatutos, normas, banalidades, procedimientos y políticas a sabiendas de antemano que no se va a lograr nada, que todo es una quimera.
No quiero ni tengo tiempo para tratar de soportar "sutiles delicadezas" de seres que supuestamente se sienten afectados a pesar de su edad, ya con algunas décadas de vida, aun siguen siendo inmaduros, No quiero ni tengo tiempo para escuchar nimiedades que la gente engrandece, no quiero ni tengo tiempo para discutir simplezas…
No deseo que las agujas del reloj avancen en discusiones de confrontación absurdas donde se discuten reglas de otros que ni tan siquiera conozco y que no me importan beneficio alguno.
Me molesta ser testigo de los defectos que genera la lucha por el majestuoso cargo de patrón, jefe o manejador. He vivido tanto como para haber visto bastante en este mundo asqueroso y miserable lleno de frivolidad.
No quiero ni tengo tiempo como para discutir pequeñeces, me gusta la esencia misma de las cosas, mi alma tiene prisa para, lentamente, degustar, sin muchos chocolates en la caja y vivir al lado de los seres que amo y me aman y que saben reír de sus errores, que no se envanecen de sus triunfos, que no se consideran triunfadores antes de tiempo, que no huyen de sus responsabilidades, que desean tan solo sentirse en paz consigo mismos y con los demás.
El poco o mucho tiempo que me resta de vida lo conduzco junto a personas de verdad, disfruto de su afecto, absolutamente sin malicia ni hipocresía y ello mismo, nunca será una pérdida de tiempo.
Lo esencial es lo que nos hace que la vida valga la pena vivirla, valga la redundancia.
Hasta hoy vivo rodeado de mi gente, ellos saben llegar a mi corazón sin maldad ni recelo alguno, ellos, a quien los golpes duros de la vida les enseña a crecer cada día más, sin llanto alguno, mirando siempre adelante…
Tengo prisa por vivir lentamente con la intensidad que solo mis años con la madurez me pueden dar.
Pretendo no desperdiciar parte alguna de los chocolates que me quedan porque seguro estoy que serán más exquisitos que los que hasta ahora he comido.
Mi meta es llegar al final, satisfecho y en paz conmigo mismo y con los demás.
En el corto período de vida que se nos concede a cada ser humano, debemos buscar tiempo para vivir de verdad tratando de disfrutar sanamente cada segundo de nuestra existencia y por lo mismo, estoy prescindiendo de las pequeñeces que a veces las tornamos gigantescas pero que al final serán minuciosidades sin importancia que quedarán en el olvido para los mayores y desconocimiento para los niños que les sean regalados chocolates como a mi, alguna vez
Lo que hice o dejé de hacer…quedará para siempre sepultado en mi mente.
Gracias por tener la paciencia de leerme…
Les aprecia…Rolmen
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