Quizá algunos recuerden cuando a Internet se le decía ‘la autopista de la información’, un concepto hoy en desuso que se acuñó en los años noventa para referirse a la estructura de distribución de la entonces naciente red de redes. Era una vía de un solo canal donde todos iban a la misma velocidad.
Eso cambió este jueves luego de que el jefe de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) votó jutno a otros dos burócratas a favor de poner fin on la llamada 'neutralidad de internet', que garantiza a todos la misma capacidad de distribución de sus contenidos, independientemente de la naturaleza o tamaño del creador. La FCC votó este jueves sobre la supresión de la regulación que garantizaba dicha neutralidad.
Desde antes de que asumiera en mayo el cargo de presidente de la FCC, Ajit Pai ha dejado claro que no cre que internet deba ser tratado como un servicio público, como la electricidad, el agua o los teléfonos, un principio que se estableció en 2015 bajo el gobierno de Barack Obama.
Las empresas de telecomunicaciones han criticado la tendencia a mantener un ‘internet abierta’ porque consideran que es mala para el desarrollo de sus negocios y en última instancia para internet. Por eso están satisfechas con los cambios que podrían hacerse oficiales este 14 de diciembre cuando los comisionados voten las propuestas de Pai.
En el balance de ganadores y perdedores, de un lado están gigantes de comunicaciones, como ATT o Verizon, y del otro los monstruos de la producción y distribución de contenidos, como Google o Facebook. En el medio, los potencialmente más afectados: los consumidores.
¿Qué es la 'neutralidad'?
La ‘neutralidad’ significa que los proveedores de internet no pueden recompensar con conexiones más veloces a aquellas compañías productoras de contenidos que quieran o puedan pagar más para tener más velocidad.
El estándar lo estableció la FCC en 2015 al adoptar la idea de ‘internet abierta’ y poner al sector bajo las reglas establecidas por la ley de Comunicaciones y por tanto bajo la supervisión de la FCC.
Esa ‘neutralidad’ garantiza que todos los contenidos se distribuyan de la misma manera en la web y que al ser considerado un servicio público, esencial para la vida moderna, su cobertura debe llegar a toda la población sin restringirse por consideraciones de lo económicamente viable.
Es una evolución de los principios que rigen la web desde 2005 y que en 2010 fueron sintetizados en la filosofía de 'internet abierta', que siempre ha sido desafiada por quienes consideran que el gobierno no debería intervenir el negocio
¿Qué pasa con su eliminación?
Las empresas de telecomunicaciones podrían empezar a cobrar más a los productores de contenidos para que gocen de velocidades de conexión que ayuden en la distribución de sus productos.
En la práctica implicará la creación de un canal ‘rápido’ y otro ‘lento’ que se usarán según sea la capacidad de las empresas productoras para pagar un costo adicional para hacer negocios, que con seguridad trasladarán al sus clientes.
En teoría también podría implicar que los proveedores marginen y hasta bloqueen sitios que son de la competencia para favorecer sus propios productos.
Tomemos como ejemplo Netflix o Hulu, populares sitios de distribución de películas, cuyo éxito depende de la posibilidad de que sus subscriptores disfruten de una buena y confiable velocidad de conexión para ver producciones on line.
Sin la neutralidad en pie, podrían tener que pagar más a los proveedores para lograr la velocidad necesaria, un costo que con seguridad será transferido al cliente en la subscripción. Eso, en caso de que algunos proveedores que a la vez producen contenidos, como Comcast, decidan ralentizar la conexión para promover sus propios productos.
Esto, con el tiempo empezaremos a sufrirlo nosotros los usuarios ...