A FLOR DE PIEL
Llevo tu nombre inscrito
como una danza en el vientre,
como un valls de mariposas
que coquetean con mi ombligo
y me incitan las más inquietas travesuras.
Las más dulces caricias que mi piel conociera.
Llevo tu aroma como plenitud
que regocija mis carencias,
desabrochando los botones a mis sentidos,
desequilibrando la estabilidad de un suspiro
que me traspasa como una flecha envenenada
en medio de mi pecho.
Como un pliego de alucinaciones
que van más allá de mis restricciones,
rozando mi piel
con la humedad de tu lengua.
Avivando este fuego,
hasta incinerar mis noches completas,
disolviéndome en tus manos
junto al placer de dos exquisitas palabras
nacidas desde el alma:
Te amo.