Dejamos encima del mar marchitarse la luna. Cómo errar, por los años, sin gloria.
Cómo aceptar que las almas son vagos ensueños que en sueños tan sólo se dan,
y despiertos se borran. Qué consuelo ha de haber, si lograr una gota de un alma
es pretender apresar el latir de la tierra, desnuda y redonda.
José Hierro