Lo primero que se me ocurrió al empezar a leer fue que .. qué bueno sería tal vez no tener memoria de nada.
Despertarse un día y no recordar nada, pero absolutamente nada.
Había leído este escrito alguna vez, no recuerdo en qué contexto ni qué me sugirió entonces.
Entiendo lo que pretende decirnos, si bien, cuando hablamos de otra persona tampoco estamos diciendo quien es. Como bien dice el escrito, lo que hacemos es “describir” una serie de características de esa persona.
Lo que sí es cierto es que cuando la pregunta es a uno mismo, quizá toma conciencia de que le está preguntando algo más que una serie de características o datos sobre sí mismo. De hecho NO te pregunta o dice.. háblame de ti, sino QUIEN ERES??.
Sino que cuando la pregunta viene a nosotros “caemos”, entendemos la profundidad de la misma y .. tal vez no contestamos porque no lo hayamos pensado nunca, porque nunca hayamos indagados quienes somos, pero también pudiera ser porque nunca pudimos llegar a una respuesta concreta.
Algunas preguntas no es que no tengan respuestas, es que no se nos alcanza la misma. Y en algunas cuestiones, yo me cuestionaría mucho que quien crea tenerla realmente la tenga.
Por ej. La respuesta que alguien dio “Tú eres tres personas: Aquella que crees ser; aquella que otros piensan que eres; y aquella que Dios sabe que eres” a fin de cuentas lo que hace es ampliar la pregunta, ahora habría que conocer tres respuestas,
Cuál creo ser, quien creen otros que soy y qué sabe Dios quien soy (Por cierto no acabo de recordar pero me suena haber leído esta respuesta con diferente tercera pregunta, pero es lo de menos)
Hay algo que me chirría un poco
“….Todos queremos una vida feliz, pero la verdad es que no todos estamos experimentando esa vida abundante y maravillosa, pero no lo sabrás ni lo experimentaras hasta que tengas bien clara tu identidad. Y para ello hay que prepararse mental y emocionalmente con los principios divinos establecidos en la Palabra de Dios…”
Verás, soy creyente, así que no es que no lo considere importante, y probablemente para mí que lo soy, sin duda es fundamenta., lo que me cuestiono es que se afirme tan tajantemente que la preparación haya de ser con los principios divinos….., porque no me cabe duda de que gran mayoría de los creyentes, entre los que me encuentro, no tenemos esa preparación y por tanto no llegamos a tener clara esa identidad (siguiendo ese razonamiento), y
Sin embargo haya otros muchos no creyentes que hayan conseguido acercarse más a su naturaleza a su ser mismo.
Y en cuanto a que para tener una vida feliz
Todos queremos una vida feliz, pero la verdad es que no todos estamos experimentando esa vida abundante y maravillosa, si no es llegando a ese cuestionamiento, sobre todo a la respuesta a esa cuestión, yo creo, observo que , cada vez es más frecuente que la gente logra vivir de una forma muy feliz, precisamente evitando ese tipo de cuestionamientos, quizá quedándose sólo en una de esas respuestas .. en lo que cree que es… o basándose en lo que otros creen que es. El problema les puede surgir precisamente si buscan su identidad, si se adentran, y de hecho lo evitan de la mil y una maneras rebuscadas, lo evitan, cualquier cosa antes que acercarse demasiado a sí mismos.
A esto suelen responderme que .. no , que parecen felices pero no lo son. Y yo que tengo pocas seguridades en esta vida, suelo responder que, yo no lo tengo tan claro. Seguro que muchos efectívamente son conscientes de sus falsos cimientos y éso les nubla un poco la feliz vida que parecen llevar, pero habrá otros que han conseguido de tal forma vivir como si así fueran y evitar cuestionarse nada que lo haga tambalear, que de veras viven felices, por qué no???. Como se dice en otros escritos… es cuestión de actitud y sin duda hay gente muy “capacitada” y experimentada en lidiar así la vida.
Por el contrario para muchos esa búsqueda de identidad, ese querer encontrarse con uno mismo, le puede acarrear algunos sinsabores y más cuando por fin no se llega a encontrar respuestas.
Sí, acá dicen que la respuesta está en prepararse….. con los principios divinos. Y bien, pero el camino, porque no todos llegan a la meta ni con tanta rapidez ni con tanta facilidad, puede resutar muy incómodo.
Conocer tu identidad te hace fuerte, quita la duda y vence el miedo, sobre todo te da un destino.
Ésta aseveración sin embargo me es más fácil compartirla .
Muchísimas gracias Ximena, tus aportes me obligan a un verdadero y estimulante ejercicio.
TalVez
********************************************************************************
No hay necesidad de apagar la luz del prójimo para que la nuestra brille” (BARUCH).