AUSENCIA

He sentido tu cuerpo
escurriendo mis manos
sobre los muslos de la aurora,
he llorado amargura
en los brazos de una señora
llamada alba; he visto
tu rostro junto con flores
en cada gota de roció matutino
que lleva tu nombre,
has respirado cerca mi miedo,
en cada crepúsculo que tiene sabor a ti.
Y los fulgores de la luna
fallecen en el horizonte.
Mi corazón se derrama sobre
el silencio que dejo tu ausencia.
Te he hallado corriendo en medio
de lluvia, escapando de mis llamados
que te extrañan. Rugiente se escapa
tu nombre de mi corazón, que te mira
en las pupilas del espacio indefinido
del recuerdo que me tortura despiadado.
Solo me quedare mirando las noches,
pues tu sonrisa lejana, no deja
de entristecer mis tardes pesadas.
¡Un Éufrates, un Tigris!,
no se secan en mis mejillas
empapadas de tu ausencia.

ISRAEL W BORGES
BOLIVIA
1995