Cuando los ojos olvidan el llanto languidecen indiferentes al mundo; queda seco el caudal de sus lágrimas que atiborrado permanece con polvo. Ilusiones y sueños, sin retorno aletean. Las emociones duermen en carne impermeable a cualquier sentimiento. La memoria se confabula en el tiempo, obstinada olvida nefastos recuerdos e ingrata abarca incluso los buenos.
Cuando mis ojos olvidan el llanto escribo unas líneas que luego al leer se humedecen con diáfanas lágrimas.