Cobarde
Con la cabeza baja;
escudado en mi poca hombría;
nesecito de tú perdon;
escondiéndome; en la mas víl de las cobardías.
Presiento que te hice daño;
más nunca fué mi intención;
te escribo con los reaños;
que salen del corazón.
Si quieres, no me perdones;
no merezco ni el perdón;
pero si, te pido una cosa;
que no me sufras, mi amor.
Siento que me despida;
como el más vil de los asesinos;
porque te halla hecho sufrir;
al cruzarme en tu camino.
Seré una tumba sellada;
de nuestros secretos contados;
se que eres gran señora;
con el cariño que me has demostrado.
Nunca me hubiera perdonado;
si hubieramos hecho el amor;
me habría suicidado;
si te engañara, mi amor.
Quiero cargar con mi culpa;
del sufrimiento de un alma buena;
pero, el resto de mi vida;
será mi propia condena.
Condena que merezco;
por mi llanto y cobardía;
te escribo esto de noche;
porque si fuera valiente;
no vería la luz del día.
Siento el haberte hecho daño;
tú que eras mi alegría;
te tendré siempre en mi mente;
como Juani ó Melodia.
Caiz 30 de agosto de 2004,
Domingo Ouviña San Isidro@
Reservados todos los derechos