Tengo en mi casa un jardín,
Regado con tu imagen.
Una flor elegí, tiene
Espinas, la de color gris
No la puedo tocar, acariciar
Tampoco la puedo mirar
La del centro, en el divino jardín.
Presiento la caricia, tu voz
En mi interior, quiero gritar
Pero cuando te imagino
No se como pensar
Tampoco como hablar, que decir
Tanta dicha en soledad, me duele
El corazón, se me agita el alma.
Pero no sientes, no quieres
No puedes decirme, si, tal vez
Las espinas, el color, tu presencia
Orgullos de tu ser.
Me gustan las flores, la naturaleza
La poesía, la música y tú
Divina majestad, tu imagen
Tu persona, el tañir
Invisible campana, que lleva
A la gloria majestuosa, tu voz
Y la ilusión, esperanza que renuevas
En cada amanecer, la fantasía
Se nutre a cada instante
En la imagen de tu cuerpo.
GRACIAS CIELO
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