La persona que amo es una parte importante de mi vida, pero no la única.
Si pierdo la capacidad de escudriñar
husmear y sorprenderme por otras cosas, quedaré atrapado en la rutina.
Nadie tiene el monopolio del bienestar.
Krishnamurti decía: “Cuando se adora a un solo río, se niegan todos los
demás ríos; cuando usted adora a un solo árbol, o a un solo dios,
entonces niega todos los árboles, todos los dioses”.
Puedes amar profunda y respetuosamente a tu pareja y al mismo tiempo
disfrutar de una tarde de sol, comer
helados, salir a pasear, ir a un cine, investigar sobre tu tema preferido,
asistir a conferencias y viajar; en fin,
puedes seguir siendo un ser humano completo y normal.
Vincularse afectivamente no es enterrarse en vida
, ni reducir tu hedonismo a una o dos horas al día.
No hablo de excluir egoístamente al otro, sino de completarlo.
Me refiero a dispersar el placer,
sin dejar de amar a la persona que amas y sin perderte a ti mismo.
Hermann Hesse afirmaba: “El había amado y se había encontrado a sí mismo.
La mayoría, en cambio, aman para perderse”.
Autor: Walter Riso