
  
Hay alegría en vivir lo real.
No pretensiones.
No defensas.
No ofensas.
Requiere una gran fuerza mostrar nuestras debilidades al mundo.
Cuando mostramos control o enojo
¿qué estamos exhibiendo en realidad?
Lo débiles que somos.
Nos desquitamos con todos a nuestro alrededor
porque tenemos miedo de ser auténticos.
Hoy sé vulnerable.
Ponte en contacto con esos sentimientos temerosos
escondidos bajo la fachada de dureza
Yehuda Berg
  

|