Tumbada sobre hierva en medio de la noche tan solo iluminada por la luna creciente, sintiendo sobre el rostro la lagrima caliente que recorre en bajada siguiendo lentamente la línea de mi cara llegando hasta mis labios sintiéndola salada. Que tristeza tan grande. Mi alma tan vacía preguntando a la nada ¿en donde esta mi vida? ¿en que punto del tiempo se quedo mi alegría? Desde que tú te fuiste mi alma esta callada, mis ojos ya no miran, mis oídos no escuchan, mi cuerpo ya no siente, me siento derrotada. Y luego me pregunto ¿Estoy aquí presente? ¿O soy solo el fantasma de mi cuerpo ausente? ¿Qué motivos tenias para dejarme sola? ¿Que motivo tan fuerte hizo que te olvidaras de nuestra vida juntos, de las noches pasadas, y de todos los besos que tan enamorados nos dimos tantas veces, esos besos tan dulces y tan apasionados? Y ahora estoy aquí hablando con mi sombra me siento desolada viviendo en la penumbra penumbra de la noche penumbra de mi alma. La noche tiene luna, mi alma tiene… nada. Siento una gran envidia de la noche estrellada pues ella por lo menos esta iluminada. Pero mi pobre alma ya casi destrozada pide a gritos un rayo a la luna plateada. Pero ya no se asombra, la luna no la mira y tristemente acepta quedar en la penumbra, una penumbra triste de lagrimas y sombra. Esa es mi vida si ti, Soy tan solo una sombra Fantasma de tristeza … Una triste penumbra.