
Cuando busco el camino, que me lleva a un sueño escondido, perdido en el olvido del que fue tu nido, siento todo lo que he perdido.
Oculto nace el destino, desierto y seco como lo prometido, palabras llenas de pinchos, como cual captus asesino.
Y destierro al vendido, que me miró todo altivo, creyendose el rey del mundo, cuando solo era un mendigo.
Sollozo ante el sencillo, rogando un abrazo, un suspiro, que me oportune, y permita, una oportunidad y respiro.

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