A veces una lágrima lava una pena y cicatriza una herida. Una lágrima es un
recuerdo, una angustia, una desesperación, un interrogante. Una lágrima
puede ser a veces el comienzo del perdón y la primera luz de la rectificación
que hace estrechar una mano. Una lágrima puede ser rebeldía o arrepenti-
miento, odio, amor, luz o sombra. Una lágrima puede ser el sueño desvane-
cido que rozó nuestros párpados o el amor perdido que aún está dulce y
húmedo.
Cuando tenemos que pagar nuestra cuota de dolor, la lágrima ayuda.
Cuando la derramamos en el corazón querido, o en la intimidad de la amistad,
la lágrima une, estrecha y funde. Una lágrima es a veces la gota mágica que
hace cambiar por dentro. La lágrima trasforma, enseña, disuelve los rencores,
las espinas, las malas yerbas que van creciendo en la amistad e impiden
acercarse, abrazarse y comprenderse. La lágrima descubre. El que ignora
los motivos por los que las derramas, no te conoce.
Autor Desconocido