Una sola palabra
Se abrió un proceso contra Mulla Nasrudin. El fiscal no podía probar gran cosa. Se le acusaba de poligamia, de tener muchas esposas. Todo el mundo lo sabía, pero nadie podía probarlo. El abogado le dijo a Nasrudin: «Quédate callado, eso es todo. Si dices una sola palabra te van a coger. Así que estate callado y yo me ocuparé de todo».
Mulla Nasrudin permaneció en silencio; hirviendo por dentro, desazonado, y a pesar de haber querido interrumpir muchas veces, se las arregló para, de alguna manera, controlarse a sí mismo. Por fuera parecía un buda, pero por dentro estaba como un loco furioso. No se pudo encontrar nada contra él. Aun sabiendo que este hombre tenía muchas mujeres en el pueblo, ¿qué podía hacer, el juez sin ninguna prueba? Así que tuvo que concederle la libertad.
Le dijo: «Mulla Nasrudin, eres libre. Puedes irte a casa». Mulla Nasrudin se quedó perplejo y dijo: «¡Qué!; ¿a qué casa, señoría?». Tenía muchas casas porque tenía muchas esposas en el pueblo.
El Maestro dice: Una sola palabra tuya mostrará la mente que hay dentro; una sola palabra y todo tu ser quedará expuesto. Ni siquiera se necesita una palabra; tan sólo un gesto y aparecerá tu mente parlanchina. Aunque estés en silencio, tu silencio no reflejará otra cosa que el mono parlanchín que llevas dentro. |