Se encuentran dos gays en el aeropuerto esperando para viajar en el vuelo “Buenos Aires – Madrid”. Entre que embarcan y comparten el viaje, a las tres horas ya eran grandes amigos. Uno de ellos le dice al otro:
- ¿Y si cogemos un ratito?
- ¿Estas loco!? – dice el otro – ¿y si nos escuchan?
- Nadie nos va a escuchar porque todos duermen.
Para demostrarlo, se levanta y dice a viva voz:
- ¿Alguien me facilita un cigarrillo?
Nadie responde, entonces se ponen a darle duro. Cuando pasa una hora de fiesta, la azafata pasa junto a ellos y se detiene en el asiento que estaba justo detrás de ellos, donde un viejito temblaba.
- ¿Por qué tiembla? – preguntó la azafata al viejito.
- ¡De frío!
- Pero hombre, me hubiera llamado o tocado el timbre y yo le traigo una manta.
- ¡¿Está loca?! – dice el viejito – el señor de delante se levantó para pedir un cigarrillo y le dieron por el culo.