JACARANDÁ
Erguido en la nostalgia te pintas de un azul blancuzco como el cielo, y fino como un tul. Te extiendes en las tardes nadando en tus coronas; un porte religioso... ¡Tan bella floración que nada por sus ramas en grata ubicación! Quien podría igualar tu vaina tan dulzona.
Tu copa (¡tan sublime!) asciende con el cielo, confunde con las nubes su piel de terciopelo; y arrulla en sus hojitas, tan blandas como paños, bellezas de los aires que el tiempo cantará, pues pura su frescura, flor de jacarandá, se guarda tan bonita del paso de los años
Texto de Nicolai |