
MI JARDÍN...
Luce el jardín de mi vida, los más hermosos colores, con los tintes que le pidas en su paleta de amores.
Tiene variados fulgores llenos de luz y reflejos, y cuanto más corto flores, más multiplica en su espejo.
Fue ímpetu en sus mañanas y en la tarde fue un ensueño, y al llegar la noche extraña, se aparta de lo pequeño.
Mi jardín guarda la extraña virtud de cambiar de flores y su variar nunca empaña lo esencial de sus colores.
Lo abono con la dulzura de músicas y canciones, y los riego con premura con mis poemas mejores.
Se me antoja en su belleza la invitación de mil bocas, cada cual en su presteza, recordando historias locas.
¡Jardín de rosas hermosas que en mi corazón anidas...! Tu perfume son las prosas, y tu dolor mis espinas.
Sangran mis manos vacías después de tanto cuidarte. ¡Ay Mi Jardín…! ¡Fantasía…! Que nunca te realizaste.
El interior de tus flores guarda secretos profundos, quemándome los fulgores, de una estrella sin su mundo.
El recuerdo se agudiza en ramazones quebrados, que el corazón visualiza, como dolores pasados.
El jardín al que le canto es el alma que me anima, con flores hechas en llanto y capullos de agonía.
Es el jardín que he cuidado ocultando las heridas, y en sus principios salvado para la poda Divina.
Y cuando llegue la hora de abandonar la jornada florecerá tenue y pura: ¡Mi rosa ... Color dorada …!
Texto de Audroc
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