MARIPOSAS DE LA NOCHE
Vuelan en atornasolados los colores de las mariposas de la noche... La luna se desliza por sus alas dando tonos verdes, azuláceos, rojizos y naranjas...
...y me vuelan brillantes en una noche clara en la que el alma no tan clara se encuentra... ...no se encuentra el sonido de su aletear porque a penas se percibe porque a penas me sonríen moviendo sus antenas delineando colores que entremezclan mi angustia y un sentido pálido de una alegría que creí construir y que desmembra el alma en cálidas frecuencias, en imperceptibles fecuencias de aleteares y de vientos...
No creí totalmente mi pobreza hasta que ví las alas brillantes de estos tiernos coleópteros de la noche... No creí totalmente en mi alegría hasta que me volví a encerrar en despojos de egoísmo y de ranuras inconstantes vagando entre mi ser como tiernas y dulces mariposas de la noche...
Mariposas de la noche que me llaman a sonreír y me deslizan lágrimas ásperas en mejillas viejas cansadas de la sal y la tristeza...
Mariposas de la noche si me hicieran soñar un paraíso les creería, si me hicieran vivir una realidad les creería pero mi realidad angustiante se revuelca en una tímida y nítida forma que es una lágrima.
Texto de Eduardo Cortese
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