Cada día siento la ausencia del silencio
Me acompaña la soledad más absoluta.
Recuerdo esas tardes de tormenta
De rayos y meriendas de aceite y pan.
Caras jóvenes pies sin varices
Vecinos que se fueron
Vecinas que murieron
Amigos que se despiden antes de partir
Y yo aquí añorando el silencio del ayer
Muriendo poco a poco buscando.
Hoy me he sentado en el ayer
Y al volver ya era otro día
Miro por detrás de los visillos
Pero no sé si estoy dentro o fuera
Veo historias tristes, algunas alegres
Cerraré de nuevo la puerta
Por si quiere entrar,
aún no estoy preparado
una llamada lejana me aviso
que los sentimientos se adquieren
cuando uno se quiere.
Le colgué ya que no siento nada
No hay tonos cuando
al marca el número del ayer
Por las noches me conecto
Al pasado y al volver
Siento que he dejado
Mi agenda en él