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General: BIOGRAFIA.. ALFONSINA STORNI: LA MUJER QUE SE FUE VESTIDA DE MAR
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Norma Noemi 879  (Mensaje original) Enviado: 21/02/2011 01:38

 

Unos amigos españoles cantaban días atrás una canción sobre Alfonsina. Y lo hacían con mucho sentimiento, como suele decirse, porque la metáfora acerca de “te vas, Alfonsina, vestida de mar,” les pegaba fuerte -decían ellos- como intuyendo quizás uno de los tantos dramas anónimos.

 

En su calidad de extranjeros, desconocían que la Alfonsina de la canción era una de nuestras poetisas más románticas y combativas, feminista impenitente sin perder jamás su feminidad; quien se suicidó a los cuarenta y seis años en Mar del Plata, para morir, como sus heroínas, sumergida entre las olas del mar y no víctima del cáncer que la corroía.

 

Esta poetisa argentina fue amada hasta el paroxismo por todas las adolescentes  de la década de los sesenta, ya que, en la cosmopolita y europeizada Buenos Aires, las chicas leían casi a escondidas en su casa o en grupo de la escuela secundaria   cruzándose miradas de complicidad los textos referidos a "Los mejores poemas de amor" o "Los mejores poemas eróticos" (García Lorca, con su casada infiel, o  José Asunción Silvia con su “eran una sola sombra larga”, Rubén Darío, Sor Juana Inés de la Cruz y tantos otros....   y lo de Alfonsina con aquel “Tu me quieres blanca”.... era lo máximo para aquellas mentes ingenuas de la época). A pesar de la significación y trascendencia de esa década, que significó una inflexión sociológica a nivel mundial, todavía las adolescentes de la clase media quedábamos impactadas con aquellas lecturas.

 

La producción literaria de Storni tiene la misma valentía que su vida, ya que algunos de sus más famosos poemas, cuyos contenidos sirvieron de reivindicación y de bandera a las mujeres de toda una época, aunque hoy estén pasados de moda, sirven como modelo de análisis de la sociedad de entonces. Y la fascinación que ha ejercido sobre los lectores sigue vigente. De ahí que Félix Luna y Ariel Ramírez hubieran creado esa canción tan bella llamada “Alfonsina y el mar”.

 

Alfonsina Storni era hija de suizos establecidos en la provincia de San Juan. Cuando regresan a Suiza por un breve período, nace en Sala Capriasca Alfonsina, en 1892. Cuando ella contaba cuatro años de edad, sus padres regresan a San Juan, Argentina, de dónde emergen sus primeros recuerdos.

 

Pasados escasos años, su padre se suicida y la vida familiar se empobrece y se desarrolla con grandes dificultades. Contando con solamente trece años, en un cuerpo que parece mayor, comienza a trabajar como actriz. Luego, abandona la actuación y estudia magisterio; se convierte así en una maestra rural que cosechá un gran éxito dentro de la comunidad provincial. Esto le permite relacionarse con revistas literarias donde comienza a publicar sus poemas.

 

En 1912, cuando cuenta con 20 años, se convierte en madre soltera y se instala en Buenos Aires. Alfonsina no se esconde y tampoco se avergüenza de sus circunstancias, lo que supone un claro desafío a la pacatería reinante en la sociedad de la época; sobre todo, porque la situación se vio agravada por el hecho de que el padre de la criatura era en ese momento un hombre casado. (Cuando años después, él quiso unir su vida a la de ella, fue rechazado, tal como de alguna manera lo deja entrever en su poema “El racimo inocente”).

 

La maternidad en soledad le impone deberes insoslayables y trabaja como cajera alternando su trabajo con sus colaboraciones en revistas. Más tarde, se emplea como Profesora en la prestigiosa Escuela Normal de Lenguas Vivas; todo ello sin dejar nunca de escribir y de vivir apasionados romances con grandes escritores del momento. Al parecer, Horacio Quiroga, el gran cuentista, cuya vida estuvo signada por la muerte, y transparentada a través de sus magníficas descripciones y cuentos desarrollados en Misiones, fue uno de ellos.

El éxito total le llega a los treinta y un años de vida, cuando la revista Nosotros, que lideraba la difusión de la nueva literatura argentina y pulsaba la opinión de los lectores, realizó una encuesta donde preguntaba acerca de quiénes eran los tres o cuatro poetas argentinos de más de treinta años, más respetados y admirados. Alfonsina es uno de los elegidos, y apenas había cumplido los treinta y uno. Tal reconocimiento se debió probablemente a que su libro Languidez, publicado en 1920, había obtenido dos prestigiosos premios: el primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo premio Nacional de Literatura. Desde entonces, su fama no cesará de acrecentarse.

 

Fue amiga y discípula de los más grandes poetas, artistas, escritores y pensadores de lengua castellana de la época, entre otros: Gabriela Mistral, Juana de Ibarborou, José Ingenieros, Amado Nervo, Emilio Centurión, Benito Quinquela Martín, Norah Lange, Leopoldo Marechal, Eduardo Mallea, Manuel Gálvez, Julio Herrera y Reissing, Rubén Darío u Horacio Quiroga. A este último, como dijimos, se le liga sentimentalmente a Alfonsina; el genial escritor  estuvo marcado por el destino de sucesivos suicidios familiares, había partido a un rincón misionero con el afán de escribir, vivir y emprender un negocio en su paraíso propio. Al tiempo de su aventura amorosa con nuestra poetisa, Quiroga era ya un literato que había dado a luz sus mejores creaciones, como Cuentos de la Selva, Anaconda o El Desierto. Otro destacado intelectual que trabó amistad con Alfonsina fue Federico García Lorca, a quien había conocido en las famosas peñas celebradas en el “Café Tortoni” y a quien dedicó un bellísimo poema.

 

Durante años, esta mujer intervino en la lucha gremial de forma apasionada e intensa, y fue parte en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores.

 

En mayo de 1935, Alfonsina es operada de un cáncer de pecho. Al año siguiente, se suicida Horacio Quiroga, a quien ella le dedica un poema que resulta una profecía de su propio final: las almas melancólicas, por muy combativas que sean, siempre coquetean con la idea de la muerte y luego la ponen en acto.

 

El 23 de enero de 1938, Alfonsina recibe con gran alegría la invitación del Ministerio de Instrucción Pública del Uruguay para participar en un evento que la convocará junto a las otras dos grandes poetisas americanas del momento: Juana de Ibarborou y Gabriela Mistral. Meses después, aparecerían sus libros Mascarilla y Trébol y una Antología poética con los poemas preferidos por ella. La enfermedad la sumergió entre la incertidumbre y el miedo debido a la reincidencia del mal que la aquejaba.

 

Viaja a Mar del Plata el día 23 de octubre y en la madrugada del día 25, tal como la heroína de su exquisito poema Dolor, se hunde en el mar.

 

Cualquier lector puede reconstruir su vida a través de sus poemas sin necesidad de leer su biografía. En Dolor anticipa como le gustaría que fuera su muerte. En Duerme tranquilo, hallamos un irónico y dolido reproche investido de poesía al que fue el padre de su hijo. El Racimo Inocente relata el rechazo a este hombre cuando pasado muchos años quiso reparar el daño y casarse con ella, porque ya la protagonista   ha vivido otros amores. En Presentimiento, hay una especie de profecía de lo que intuye durará su vida. En “Carta lírica a otra mujer” expresa sin envidia la suerte de ser la otra, la elegida, y no ella misma.“Tú me quieres blanca” muestra la recriminación a uno de sus amores, mujeriego contumaz, por el hecho de que para casarse buscara a una mujer virgen, como era de uso en esa época ( tan cercana y lejana al mismo tiempo de la nuestra). Así, al igual que Sor Juana, reprocha y ama, ama y reprocha, a esos hombres que la hacen sufrir. En fin, todos sus poemas hablan del amor, del dolor y de todas esas cosas...

 

Alfonsina Storni nunca se casó. A pesar de tantos amores, nadie la amó lo suficiente; además, sin sentir ella verdaderamente amor, no aceptaba tampoco el casamiento.

 

Su hijo, afamado médico marplatense, ha participado activamente en innumerables homenajes a su madre.

 

Cuando vayan a Mar del Plata, no dejen de ver, frente a la playa La Perla, el sitio donde la ciudad le rinde homenaje a esta mujer en una escultura de piedra, donde se la recuerda, vestida de espuma, hundiéndose en el mar.



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: Scarlata901 Enviado: 21/02/2011 11:42
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