El hierro es un elemento fundamental para el buen funcionamiento del organismo. Y cuando falta, debido a una deficiencia en la alimentación, se produce la anemia.
El mal no se nota a simple vista, pero el cuerpo empieza a resentirse de manera silenciosa: disminuye la capacidad muscular, bajan las defensas, y la capacidad de prestar atención es menor.
"Cuando hay manifestaciones clínicas de la anemia, como cansancio, fatiga y, en los chicos, poco rendimiento en el colegio, significa que la deficiencia de hierro es importante", destaca la doctora Adriana Roussos, médica especialista en nutrición, del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.
El organismo tiene reservas de hierro, que cubren las primeras deficiencias. Pero cuando esos depósitos se agotan, empiezan a manifestarse los síntomas. Y es necesario reemplazar lo que se perdió. Los cambios que produce la anemia por falta de hierro son graduales, a diferencia de los que produce una anemia aguda, producto de una gran pérdida de sangre.
La palabra anemia viene del griego, y significa sin sangre. Es una enfermedad caracterizada por una disminución anormal en el número de glóbulos rojos o en su contenido de hemoglobina.
¿Por qué es importante el hierro?
El hierro es necesario para la producción de la hemoglobina, una proteína que se encuentra en los glóbulos rojos, y cuya función es el transporte de oxígeno desde los pulmones hasta –todas- las células del cuerpo.
Los glóbulos rojos, para poder combinarse con el oxígeno, deben contener una cantidad suficiente de hemoglobina, y esto depende de los niveles de hierro que existan en el organismo.
Los efectos de la falta de hierro son más graves si se trata de chicos pequeños. La especialista indica que algunos estudios han mostrado que la anemia, en grados no muy severos, pero prolongados, puede afectar el rendimiento intelectual en los chicos. Incluso, si se da en una etapa muy temprana, aún después de haber corregido la anemia, pueden quedar secuelas.
Los períodos más vulnerables al déficit de hierro son el primer año de vida, la pubertad y el embarazo, pero también puede afectar a las mujeres en edad fértil, porque la menstruación representa una pérdida de hierro, que es normal..
El primer año de vida del niño es muy importante porque es un período de crecimiento rápido y, en general, según como haya sido el estado nutricional de la madre, el niño nace con pocas reservas de hierro.
"Alrededor del cuarto mes, se produce una anemia fisiológica, por lo que se recomienda suplementar al niño con hierro hasta que empiece a comer alimentos ricos en ese metal", afirma la doctora Roussos. En el cuarto mes se les da un suplemento de hierro hasta los 15 meses, sobre todo cuando no son amamantados.
En chicos no suplementados, que crecen muy rápido, o tienen una contextura física grande, esa anemia puede hacerse más manifiesta, sobre todo si no están alimentados a pecho. La leche humana tiene un tipo de hierro que se absorbe mucho mejor que el de la leche de vaca.
El otro período crítico es la pubertad, por el crecimiento rápido que tiene el organismo. "Hoy día se ve que la mayoría de los adolescentes no llegan a cubrir la cantidad de hierro que necesitan", advierte la especialista. Las comidas rápidas son uno de los factores de dicha deficiencia.