Sus cabellos,

Balanceaban con el viento.

Ella bailaba,

Bailaba de día,

Bailaba de tarde,

Bailaba a la noche.

A la noche,

Mientras los archotes brillaban,

Y ponían en ella muchos fulgores,

Ella sonría y sonreía...

Para quien sonreía?

Para nadie.

Bastaba, para ella,

Sonreír para sí misma.

Sonría...

Sofocando el llanto,

Que le inundaba elalma.

Porque, si ella llorara,

Todos lloraban también.

Y ella tenía que sonreír,

Cantar,

Bailar.

Bailando,

Como baila el viento,

Cantando,

Como cantan las aves,

Sólo, tan sólo...

Y, sin embargo, dueña absoluta,

De todas las miradas,

De todas las mentes,

Que estaban allí.

Cada uno hallando,

Que era para ellos que ella sonreía,

Cuando, en la verdad,

Ella no sonreía para nadie,

Ella sonreía para sí misma.

El tiempo pasó...

Y, en el viento tan fuerte,

Que cambia la vida,

Cambiando las personas de lugar,

De aquí para allá.

Un día,

dejó de bailar,

Pero no dejó de cantar.

Aún en la soledad de los pinos helados,

Hacía, con los ruiseñores,

Un dúo encantado.

El ruiseñor cantaba de tristeza,

Ella cantaba de añoranza,

De dolor...

Por donde andará?

Como estará la tierra de mis amores?

Adónde estarán aquellos,

Que pisan, firme, el suelo?

Adónde estará mi pueblo?

Será que están como yo...

En la soledad?

Canta, gitana,

Canta...

Deja que el viento de la vida de cargue,

Que la brisa te abrace Y que las hojas te tejan harpejos,

En los nidos de los pájaros.

La soledad nos hace

 Aprender a vivir,

Dentro de nosotros,

En un castillo encantado.

Donde se es posible,

Llorar sola

Y reír, feliz,

Para todos los passantes,

Caminantes,

Andantes de muchas tierras,

De muchos sueños,

De muchas carreteras.

Deja volar,

Lo yo sueño de paz,

Porque, un día, usted tendrá.

No llore,

No llore, gitana,

Cante.

Porque, aún sin cantar,

Usted encanta.

Y, Aún llorando,

Usted sonríe.

Deja el tiempo pasar,

Deja las hojas volar,

Volar...

Porque, un día,

Paz usted tendrá!

Espíritu Cecília Meireles

Arauto de Luz