Cultivemos un jardín de flores,  en los fértiles campos  de nuestros corazones...

Con claveles de esperanzas, y gladiolos de ilusiones,

 con orquídeas de paciencia  y optimismo sin fin....

Bellas rosas blancas para curar, las sangrantes heridas de los sufrimientos,

y que sean un bálsamo para borrar el recuerdo amargo de las decepciones.

Que el rocío diario que cubre sus pétalos,

mantengan la esencia de nuestras bondades...

Que sea sólo el tiempo, con su poderío, quien traiga el olvido para ese martirio...

Y cuando el sol ilumine esos verdes campos, traiga con sus rayos a la vida triste...

...los cánticos lindos de la primavera, que alegren la vida  que ahora esté marchita...

Regálanos Dios la dicha de nuevo, de tener por siempre un amor sincero...

Que juntos cultivemos las rosas del campo, 

que sigamos por siempre cultivando flores... para eternamente

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