La vida es un remolino desenfrenado que desemboca inevitablemente en la relatividad de todo,

 es un quehacer agobiador y eterno. Quiero inventar un sueño que no haya sido jamás pensado,

que se desarrolle con una enervante lentitud, que contenga besos rituales

y tiernos, donde se hagan difusas la compasión

y la ternura en los confines de la memoria y la imaginación.

Dejar atrás las normas rígidas y los conceptos manoseados de la moral

y las tiránicas leyes de lo cotidiano.

Quiero en una fracción de segundo ser feliz eternamente,

mirar el mundo con una mueca burlona e indiferente.

Quiero amar con una intensidad inusitada, tener amores tempestuosos,

pasiónes infinitas, gritos; lamentaciones obscenas y delirantes,

 y después de todo eso, que el silencio me inunde el alma y la mente.

¡Quien no ha pensado un sueño alguna vez¡...
Sin olvidar jamas que el pasado ya no existe, el futuro es solo una quimera,

la cual nos hace vagar la imaginación y las ambiciones...

El presente es lo que hay que vivir y disfrutar intensamente...