No dejaré pasar el dolor de
cabeza,
que encuentre otro cuerpo donde ir a
bailar
y otra cabeza que
taladrar.
Tampoco invité al llanto, que haga
agua
en otro lado, demasiado con mi torrente sanguíneo que
fluye y fluye.
Además, aviso que si llega el
odio,
le diré que no hay lugar para él, si alguien se
opone,
que se vaya de copas con él a otro
lugar.
Uff, llegó la envidia disfrazada de
princesa,
pero cmo la descubrí, le dije sutilmente que el
príncipe no habitaba en mí y sin más se retiró dejando su
zapatito derecho. Por supuesto que la corrí y que se lo lleve
también.
¿Y ahora qué hago?
Es el amor el que golpea la puerta de mi
corazón.
"Adelante, siéntete
cómodo. Te estaba esperando. Gracias por venir".
D/A