Sólo palabras mansas, brisa y seda, nunca
fragosidad, codazo o trueno; me alzo en brindis audaz, pero no ordeno, y
sin chirridos mi carreta rueda.
Y tú, por quien la noche desenreda su
madeja de sueños en mi seno, cuya frivolidad sirve veneno que sin matar
fulmina, ¿qué moneda
podrá adquirir tu marca en
exclusiva? ¿Disposición, tal vez, más agresiva, lenguaje de martillo, y
exigencia?
Queda ese precio fuera de mi alcance; pues con tal
desnivel, no habrá romance capaz de recabar
supervivencia.
Texto de Francisco Álvarez Hidalgo
BESITOS
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